lunes, 7 de octubre de 2013

Crónica: En una mañana del 2011...

Corría el año del 2011. Vivía en la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz; un lugar tranquilo de la provincia mexicana. Una mañana estaba en mi habitación alistándome para ir a la escuela; tenía que estar preparada ya que ese día tenía examen de Física y me había levantado a buena hora para llegar a tiempo. Sería  otro día  en mi rutina aburrida de siempre: levantarme, vestirme, ir  a la escuela, llegar a casa, comer en el mercado, el resto del día en mi habitación en el ordenador, hacer tarea y al final irme a dormir.

Cerca de las 7 me asomé por la ventana de la sala pude ver a lo lejos a dos personas paradas en la banqueta, pero no les di importancia y seguí preparando mis cosas. Cuando abrí la puerta de la entrada para  dirigirme a la escuela, noté a dos hombres armados y  vestidos de militares y que nadie pasaba por la calle, además de que la tienda de enfrente estaba cerrada.  
Me asusté  así que dejé entrar a mis perros a la casa, cerré con llave y me dirigí a la habitación de mis padres.  Desde su ventana, vi varios camiones militares y soldados por todas partes. Pensé que entrarían a la casa del frente, pues la mayoría de los soldados se encontraban ahí. Sin embargo, luego pude apreciar que no quitaban la mirada de la casa a nuestra derecha. Estaba preocupada, no solo porque estaba cerca del peligro y me encontraba sola con mis perritos en la casa, sino  porque llegaría tarde a clases y tenía examen de Física.

Las calles cercanas estaban cerradas y nadie podía entrar ni salir. Me que sentada en la cama, mientras esperaba a que todo pasara. Temía que alguien entrara a la fuerza. Media hora después, los militares se alejaron del lugar y todo quedo tranquilo en las calles, pero todavía no estaba segura  de salir por lo que permanecí en la habitación sentada en el suelo.  Le pregunte a mi papá que había pasado;  pero él desconocía la situación. Para colmo, me llevó a la escuela; había llegado tarde y con menos tiempo para terminarla.

Días después, mi padre me contó que los militares arrestaron a los vecinos de al lado por estar relacionados con los llamados “LOS ZETAS” (un grupo criminal  cuyos principales negocios son el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro, el homicidio, el tráfico de personas y el robo de autos.) y que corrían rumores de que tenían gente secuestrada y que habían encontrado droga en el lugar. Me quedé sorprendida; nunca pensé que un narco vivía tan cerca de nosotros y nunca notamos nada sospechoso en su comportamiento, aunque, a decir verdad, jamás  cruzamos palabra con aquellos vecinos.


Desde ese día, la casa de al lado quedó resguardada por la policía durante 4 años y medio. Los chismes al respecto llegaron a tal grado, que hay quien aseguraba que la casa estaba embrujada. Lo cierto es que lo que haya pasado realmente dentro de la casa de los vecinos sigue siendo un misterio, como tantos que ocurren todos los días en el país, relacionados con ese mal que nos ataca y que, aunque no lo sepamos, parece estar más cerca de lo que creemos.  

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